Arquitectura en la Edad Media
La arquitectura de la baja Edad media (siglos XI-XV) desarrolló dos estilos
llamados romántico y gótico, que simbolizan momentos diferentes en el
desarrollo de la sociedad medieval, coincidiendo respectivamente con el
fenómeno del feudalismo y con el nacimiento de las ciudades y la vida urbana.
El estilo romántico, que florece entre los siglos XI y XIII, produce
edificios macizos y en penumbra, de gruesos y pesados muros, sin apenas
orificios que permitan la entrada de luz exterior, arcos de medio punto y
escasa elevación. Esta arquitectura era la expresión de una sociedad de fuertes
creencias y muy inclinada al aislamiento y a la contemplación. Las
peregrinaciones religiosas contribuyeron notablemente a la internacionalización
del arte romántico. En torno a las rutas de peregrinos se levantaron algunos de
sus principales templos y monasterios. Buen ejemplo de ello son los que se
levantan a lo largo del camino del Camino de Santiago: San Isidoro en León, San
Martín de Frómista y la propia Catedral de Compostela.
El arte gótico surgió en Francia y se desarrolló entre los siglos XII y
XVI. Refleja una actitud espiritual y un gusto completamente distintos. El
ansia de elevación y luz, el horror a lo macizo caracterizan a este estilo.
Torres de flechas que se elevan hasta lo más alto, arcos apuntados en ojiva que
semejan dos manos unidas en oración y amplísimos vanos con vidrieras que
representan lo opuesto a la minúsculas ventanas románticas, a veces simples
saeteras, son características de este estilo.
La obra representativa del romántico es el monasterio. El edificio donde el
gótico alcanza su expresión más plena es la catedral, que se levanta en el
centro de la gran ciudad, y cuya altura y magnificencia es el orgullo de sus
ciudadanos.
La Enciclopedia del Estudiante, Santillana, 2006
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